MENTIRAS MÁS CONVINCENTES
Cuando nos urge ir al cuarto de baño contamos mentiras más convincentes. Un estudio explica que reprimir nuestros deseos de miccionar favorece que controlemos al mismo tiempo nuestro impulso a decir la verdad.
Tener la vejiga llena nos ayuda en el arte del engaño. Así lo demuestra un estudio realizado por un equipo de investigadoras de la Universidad Estatal de California, que analizaron las reacciones de un grupo de sujetos a los que sometieron a una curiosa prueba.
Algunos tenían que beber cinco vasos de agua y otros tan solo cinco sorbos. Al cabo de 45 minutos, pidieron a todos que dijeran una verdad y una mentira acerca de algún tema social en el que tuvieran una opinión definida.
Aquellos que tenían la vejiga llena fueron capaces de contar mentiras más elaboradas ylas transmitían de forma más convincente. De hecho, los observadores que vieron después las grabaciones del experimento solo fueron capaces de identificar el engaño en un 30% de las ocasiones.
Según ha explicado a 'Popular Science' Iris Blandon-Gitlin, una de las autoras del estudio, esa mejora en la capacidad de mentir se debe al contagio del efecto inhibitorio. Mentir no es fácil, ya que tenemos que inventar una nueva versión y controlar nuestra ansiedad, mientras que si decimos la verdad solo tenemos que contarla. Si nuestra vejiga se llena y activamos los centros de control del cerebro para inhibirnos, conseguiremos al mismo tiempo reprimir nuestro deseo de decir la verdad.
Autocontrolar nuestras ganas de orinar favorece que autocontrolemos otras tareas simultáneas, y por eso engañamos mejor. Las mentiras tienen las patas menos cortas con ganas de ir al cuarto de baño. (http://www.cienciaxplora.com/)
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